INTRODUCCIÓN
ETIOLOGÍA
Las enfermedades capaces de provocar adenopatías son muchas, siendo básicamente los mecanismos patogénicos implicados: A) Proliferación de células inmunológicamente activas. B) Transformación neoplásica de las células linfáticas. Y C) Infiltración de los ganglios linfáticos por sustancias o células extrañas. En la tabla I se resumen las causas mas frecuentes de adenopatías
Tabla I.-Causas mas frecuentes de adenopatias
Enfermedades infecciosas
1. Virus: Mononucleosis infecciosa, Citomegalovirus (CMV), Hepatitis, Gripe, Rubeola, VIH, Varicela-Zoster, etc.
2. Hongos: Coccidiodomicosis, Histoplasmosis, etc
3. Bacterias: Streptococos y Staphilococos, Salmonella tiphy, Brucella, Pasteurella, Yersinia pestis, Listeria monocytogenes, Enfermedad por arañazo de gato, Haemophilus ducreyi
4. Clamydias
5. Micobacterias: Lepra, Tuberculosis
6. Espiroquetas: Sífilis,
7. Parásitos: Toxoplasmosis, Filariasis, tripanosomiasis, leishmaniasis
Enfermedades inmunológicas:
1. Lupus eritematoso sistémico
2. Artritis reumatoide
3. Dermatomiositis4.
5. Enfermedad del suero
6. Reacciones a fármacos: difenilhidantoína, alopurinol, hidralacina, etc.
Enfermedades endocrinas
1. Hipertirodismo
Enfermedades malignas
1.Hematológicas: Linfomas Hodgkin y no Hodgkin, Linfadenopatía angioinmunoblástica, Leucemias agudas –Linfoblásticas, no linfoblásticas, Lecemias crónicas –Linfoides, Mieloides, Histiocitosis maligna- etc.
2. No hematológicas: Metástasis
Enfermedades por depósito de lípidos:
1. Enfermedad de Caucher
2. Enfermedad de Niemann Pick
3. Enfermedad de Fabry
4. Enfermedad de Hunter
Enfermedades diversas y de causa desconocida
1. Histiocitosis benignas
2. Enfermedad de Castleman o Hiperplasia linfoide folicular gigante:
3. Sarcoidosis
4. Amiloidosis
5. Enfermedad de Kawasaki
6. Granulomatosis linfomatoide.
7. Seudotumor inflamatorio.
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CLASIFICACIÓN
Las adenopatías se pueden clasificar en localizadas o generalizadas.
Linfadenopatías localizadas
La región ganglionar afectada puede orientar hacia la etiología o el sitio primario u órgano afectado:
- Cervicales: Sugieren faringitis, infecciones odontológicas, mononucleosis, CMV, toxoplasmosis, rubéola, tuberculosis, tumores de cabeza y cuello y linfomas.
- Occipitales: Sugieren infecciones del cuero cabelludo.
- Preauriculares: Sugieren afecciones conjuntivales.
- Supraclaviculares: Su presencia sugiere linfomas y procesos malignos intratorácicos o intraabdominales, más frecuentes en >40 años. Las del lado derecho se asociada a neoplasias primarias de mediastino, pulmón, esófago. Las del lado izquierdo, nódulo de Virchow, se relaciona con neoplasias digestivas (estómago, vesícula, páncreas) además de riñones, testículo, próstata, ovario. Las adenopatias supraclaviculares siempre son patológicas y en ciertos casos indican una enfermedad avanzada por lo que puede representar un signo de mal pronóstico.
- Axilares: Sugieren infecciones de miembros superiores, enfermedad por arañazo de gato, cáncer de mama (homo-contralateral), melanoma, linfomas.
- Epitrocleares: la palpación de un ganglio epitroclear > 0,5 cm se asocia a infecciones (Ej.: enfermedad por arañazo de gato), sarcoidosis, sífilis secundaria y linfomas.
- Intratorácicas: hiliares o mediastinicas. Sugieren infecciones específicas (tuberculosis, histoplasmosis), neoplasias (linfomas, cáncer de pulmón, otras metástasis), enfermedad granulomatosa (sarcoidosis).
- Intraabdominales: mesentéricas o retroperitoneales: Sugieren linfomas, tumores intraabdominales, tumores ginecológicos, cáncer de testículo, cáncer de próstata.
- Inguinales: representa el grupo ganglionar frecuentemente afectado por patologías banales como infecciones de miembros inferiores, o genital, enfermedades de transmisión sexual. Entre las enfermedades neoplásicas se destacan: linfoma, melanoma, carcinoma de pene o vulva, cervix, ovario, ano y recto.
- Ilíacas: Sugieren linfomas, cáncer de próstata, cáncer de testículo, tumores ginecológicos.
Adenopatías generalizadas
Se consideran adenopatías generalizadas si los ganglios linfáticos están aumentados en 3 o más áreas no contiguas. Esta clasificación puede tener un correlato etiológico, ya que las generalizadas suelen presentarse en procesos sistémicos infecciosos (en la mayoría virales), y enfermedades linfo y mieloproliferativas.
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de las adenopatías debe comenzarse con una buena anamnesis, exploración física y estudio analítico, aunque a veces no es suficiente y haya que recurrir a otras pruebas complementarias como la PAAF o la biopsia.
Anamnesis
La primera orientación hacia la causa de la adenopatía viene dada por la edad del paciente. Se debe indagar sobre los antecedentes familiares, por ejemplo tuberculosis, rubeola, toxoplasmosis, etc), y los antecedentes personales: profesión, ocupación habitual, contacto con animales o contactos infecciosos, viajes, hábitos (tabaco, conductas de riesgo: enfermedades de transmisión sexual, adicciones, etc.), consumo de fármacos (difenilhidantoína, allopurinol, hidralacina, otros.), cirugía reciente, etc.
También se valorara el contexto clínico en el que se presenta las adenopatías, si hay síntomas constitucionales como fiebre, sudoración, pérdida de peso, astenia, etc., lesiones cutáneas infecciosas, tiempo de evolución de la adenopatía, si es inferior a 15 días probablemente sea de origen infeccioso o enfermedad hematológica maligna, si es superior a 1 mes puede ser de origen tuberculoso o neoplásico. También el hallazgo de signos inflamatorios y la localización nos pueden ser de gran ayuda para el diagnóstico (ver clasificacion).
Exploración física
Se debe realizar una exploración física de todas las regiones. Para la palpación de los ganglios superficiales se recomienda emplear la superficie palmar de los dedos segundo, tercero y cuarto. El hecho de clasificar la adenopatía en localizada o generalizada y consignar datos como tamaño, forma, consistencia, sensibilidad, signos de inflamación, movilidad (fijación a planos superficiales o profundos), nos puede ayudar a tener una orientación etiológica, teniendo en cuenta que por lo general las siguientes características suelen observarse:
- Neoplasias: Adenopatías duras, pétreas, fija a planos profundos o superficiales, pueden formar conglomerados.
- Piógenas: Adenopatías blandas, fluctuantes, dolorosas, calientes y eritematosos, signos de linfangitis. Frecuentemente la fluctuación ocurre en procesos bacterianos piógenos, siendo parte del tratamiento la incisión y drenaje del mismo además del tratamiento antibiótico. La fluctuación que se desarrolla en semanas o meses sin inflamación o dolor significativo sugiere Micobacterias Atípicas, Tuberculosis (TBC), o Bartonella Henselae (Enf. por arañazo de gato).
- Infecciosas: Adenopatías firmes, consistencia elástica, sensibles a la palpación.
- Reactivas: Adenopatíass móviles, discretas, indoloras, de consistencia elástica.
- Linfomas: grandes, simétricas, móviles, dura o elásticas, indoloras, separadas.
La presencia de hepatoesplenomegalia, exantema, artritis, fiebre y pérdida de peso puede orientar hacia enfermedades malignas, infección sistémica, o enfermedades del tejido conectivo. Las artralgias asociadas a exantema hacia colagenopatías, entre ellas: Lupus, Enfermedad de Still, Crioglobulinemia Mixta, etc. La detección de un bocio en el contexto de otros síntomas de hipertiroidismo puede aclarar el origen de las adenopatías.
Exploraciones complementarias
Si la anamnesis y la exploración física sugieren una causa benigna de linfadenopatía, como ocurre habitualmente en Atención Primaria, no se requerirán estudios adicionales. En el resto de circunstancias el estudio debe individualizarse según la clínica. En la figura 1 se muestra un algoritmo diagnóstico. Las pruebas básicas ante una adenopatía sin causa evidente son:
- Pruebas iníciales: Hemograma, extensión de sangre periférica, velocidad de sedimentación globular (VSG); Bioquímica: función hepática, función renal, bilirrubina, fosfatasa alcalina.
- Pruebas posteriores: Bioquimica: ácido fólico, hierro, vitamina B12; Microbiología: serologías (Virus de Epstein-Barr (VEB), citomegalovirus, toxoplasmosis, VIH, virus de hepatitis B (VHB), virus de hepatitis C (VHC), lúes, rubeola, brucella, etc.), cultivos específicos (adenopatía cervical: exudado faríngeo, adenopatía inguinal: cultivo uretral y cervical), baciloscopias, Mantoux; Inmunología: factor reumatoide, inmunoglobulinas, poblaciones linfocitarias, anticuerpos antinucleares, anticuerpos anti-DNA, test de Coombs; Radiografía de tórax, que puede indicar la presencia de adenopatías mediastinicas, nódulos, masas, etc.; Ecografía abdominal, nos puede informar sobre ganglios retroperitoneales y presencia de hepatoesplenomegalia; TAC torácico/abdominal, que permite valorar, por ejemplo, alteraciones vasculares, hematomas, tumores y quistes, tanto en localización como en extensión, así como adenopatías retroperitoneales y mesentéricas. Es muy sensible para detectar adenopatías entre 1 y 2 cm de diámetro; Gammagrafia con 67Ga y gammagrafía de tiroides.
Si con las exploraciones anteriores no llegamos al diagnóstico etiológico se debe plantear la realización de punción aspiración con aguja fina (PAAF) y/o biopsia ganglionar.
La PAAF es una técnica eficaz para la valoración de las adenopatías superficiales en estudio inicial, siendo una técnica útil para reconocer metástasis y linfadenitis específicas, pero no así en procesos linfoproliferativos y mieloproliferativos.
La biopsia ganglionar es diagnóstica en un 50-60% de los casos, sin embargo un 25 % de los casos no diagnósticos presentarán en un periodo variable de tiempo una enfermedad causal, normalmente un linfoma, por lo que se debe llevar un seguimiento estrecho de estos pacientes y repetir la biopsia si fuera necesario.
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